lunes, 15 de junio de 2009

El hombre de Yapeyú

Lo imagino dirigiendo estas palabras a sus soldados y a todos los que lo escuchan sin decir una palabra. Sin permitirse un solo ruido. Donde solo se escuchan los pasos del General sobre las baldosas de ladrillo de la galería en la casa colonial. Allí está el General, rodeado de sus hombres que lo escuchan en silencio:

“La patria no hace al soldado para que la deshonre con sus crímenes. Ni le da armas para que cometa la bajeza de abusar de esta ventaja, ofendiendo a los ciudadanos con cuyos sacrificios se sostiene. La tropa debe ser tanto más virtuosa y honesta, cuanto es creada para conservar el orden, afianzar el poder de las leyes y dar fuerzas al gobierno para ejecutarlas y hacerse respetar de los malvados que serían más insolentes con el mal ejemplo de los militares. La patria no es abrigadora de crímenes”.
José de San Martín.

¡Que claro el mensaje!.
En pocas palabras, San martín les define al Ejército, cual debe ser su función.

La milicia "es creada para conservar el orden, afianzar el poder de las leyes" (No para afianzar el poder del gobernante de turno. San Martín pone a la ley por sobre el ejecutivo) "y dar fuerzas al gobierno para ejecutarlas y hacerse respetar de los malvados" (extranjeros y propios) "que serían más insolentes con el mal ejemplo de los militares" (pone a los militares honestos y virtuosos como reserva moral de la nación). "La patria no es abrigadora de crímenes" (debió agregarles “ni criminales” para que se entienda cabalmente el concepto).

Extractado del libro Los Mitos II de Felipe Pigna.

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