sábado, 13 de junio de 2009

Marcela, que podemos decir de Marcela...





Es la Nefertiti del Alto Reino de Buenos Aires. Cualquier vestimenta le sienta bien. Puede ser la mujer fatal, la compañera para ir al cine, la compañera para sacar a pasear al perro, la compañera para correr en los bosques de Palermo. Todavía no encontró el director que le sepa sacar la Meryl Streep que hay en ella. Necesita protagonizar algún drama. Lo único que no le perdonamos a Marcela es estar de novia con un Rugbier. ¡No Marcela!. ¡Un rugbier no!... Imaginate dentro de unos años, el quincho de tu casa invadido por una orda de vikingos tomadores de cerveza. ¡Que cantan, se abrazan y rompen todo!. ¡Levantarte los domingos y encontrar siempre el quincho sucio!. Botellas y latas por todos lados, papeles y huesos de costillas sobre la mesa. ¡De vez en cuando un pato sobre el césped!... ¡No es vida Marcela!... ¡Vos que sos una princesa egipcia!. ¡Una Faraona como Hatshepsu!... Imaginate en invierno, ¡te das vuelta en la cama y te encontrás con Moby Dick durmiendo al lado tuyo!... ¡Se lastiman todos los fines de semana!... Imaginate lesionado, que te diga: “Amor ayudame a salir del auto”... Y se te apoye pasándote el brazo por el hombro. ¡¡Te va a quebrar los tacos aguja cuando te tire el peso encima!!...

Mentira, ¡Is a joke!...
Sinceramente, sentimos una envidia sana hacia Fernando, porque tiene una novia sobrenatural...

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