Estoy leyendo “El Orden Conservador” de Natalio R. Botana. (¡No puedo saber cual es el segundo nombre: R., y mirá que lo he buscado!). Un clásico que siempre me recomendaron. Que habla sobre los principios de la formación del gobierno nacional central. De las primeras presidencias y los problemas para subordinar los intereses provinciales al único interés nacional. (¡Que extraño!) Describe la lucha de intereses entre Buenos Aires y el resto de las provincias. Pero debo confesar que lo tengo que agarrar bien despierto para entenderlo. También leí de Botana, “El siglo de la libertad y el miedo”. Que compré luego de escucharlo a Natalio en un reportaje de TN donde presentaba su libro. Es un buen libro. Áspero para leer, pero bueno. Cada párrafo lo tuve que releer como tres veces. Del reportaje a su persona y sus libros me quedan dos cosas. Natalio tiene dos lenguajes. Uno, el hablado, simple, llano, entendible. Y el segundo cuando escribe. Hay que pensar bien lo que dice, porque el lenguaje no es más sociológico, más rebuscado. En realidad es porque el “Universo de palabras” con que Natalio se expresa, deben ser unas seis ó siete veces el universo mío...
¡Pero no te preocupes Natalio, no le tengo miedo al diccionario!...
De hecho, cuando leo, cada palabra que no entiendo, la busco en Internet, copio su significado y la copio en un archivo que cada tanto leo.
¿Como se llama eso?: Voluntad de superación.
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